rollo 1 / octubre 2010

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Los dinarios de Octavia

Johanna Lozoya 


Augusto augurio postquam inclita condita Roma est
Después de que fue fundada la ínclita Roma gracias a un Augusto augurio
(Suetonio)

En el mundo occidental, el tratado de arquitectura más antiguo que se conoce se escribió en el segundo tercio del siglo I A.C, en los primeros años de la Roma imperial: la era de Augusto. El veterano arquitecto y encargado de las máquinas de guerra del ejército imperial, Marco Vitruvio Polion, dedica a su soberano el tratado De Architectura Libri Decem, sumario teórico y práctico de la arquitectura romana fundamentada en la herencia del arte griego. Esta obra sobrevivirá a las fronteras de la arquitectura de la Roma de los césares y será, lo menos durante diez siglos, la autoridad máxima en la teoría de la arquitectura del Occidente cristiano. 

Los diez libros de Arquitectura nacen en un momento histórico en el que la hegemonía imperial de Roma sobre los pueblos del Mediterráneo consuma la antigua expectativa política republicana de expansión sobre los territorios de contacto. En el siglo I A.C., Roma es el centro hegemónico del poder político, comercial y cultural en el Mediterráneo. Agrupa bajo su sistema político-jurídico, territorios con una extensión mayor que la lograda bajo el periodo helénico cuatro siglos antes. La pequeña ciudad del mítico Rómulo era entonces una urbe inmensa en relación a otras grandes ciudades mediterráneas y en el año 5 A.C., alcanzaría el medio millón de habitantes distribuidos entre las insulae y las casas o domus. En el siglo III D. C., Roma albergaría de 700, 000 a 1, 000, 000 de habitantes conformándose como la mayor concentración humana hasta entonces conocida en el mundo occidental. 

Fresco con escena urbana. Recámara en villa Synistor, 50-40 a.c.
La obra de Vitruvio, es contemporánea a Virgilio y a Ovidio, y su creación se vincula con un escenario cultural que invade el ámbito intelectual de la época: la creación de la identidad imperial romana a partir de un imaginario helénico. Así como la Eneida concibe un relato mítico del origen de los romanos tendiendo lazos con la tradición homérica, Los diez libros de arquitectura concibe los fundamentos teórico-religiosos de la arquitectura imperial en la tradición helénica. 

Sin embargo, el vínculo con el exterior, como llamaban los romanos a los territorios fuera del imperio o lejanos de la capital, indica que la Roma ideal helénica de Vitruvio y de Augusto, coexistía con un mundo excepcionalmente heterogéneo. Roma había romanizado al exterior en la misma medida en que el exterior había barbarizado u orientalizado culturalmente a Roma. India y Egipto, a través de la ciudad grecoegipcia de Alejandría, eran enclaves comerciales y culturales que permitieron establecer la cultura de Oriente en el propio centro del mundo romano. De tal manera, el origen de los imaginarios romanos imperiales del siglo I A.C. se debatió entre el paradigma helénico como origen cultural y el impacto ecléctico oriental. 

Vitruvio, el viejo republicano cuya carrera fue trazada en los tiempos de Julio César y al servicio de éste, debe confrontar al final de su vida la tarea de imaginar una Eneida para la arquitectura de una nuevo mundo romano. Octavio Augusto lo demanda y su hermana, Octaviana, le concede una pensión para dedicarse a ello. 

(continuará)